Fiestas

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La Maya

La Maya es una fiesta que celebra cada 3 de mayo en Valdeobispo y desde sus inicios se ha mantenido sin connotaciones religiosas. Está protagonizada por mujeres y niños y da comienzo por la tarde, cuando éstos han salido del colegio. De esta manera se vive en el pueblo la llegada de la primavera. Pero al hablar de maya no nos referimos sólo a la fiesta en sí, sino que también se utiliza este nombre para denominar a las muñecas que las mujeres llevan sobre la cabeza y que visten con trajes de niños pequeños, y a las flores amarillas que se cogen en el campo utilizadas a modo de adorno. 

Desarrollo de la Fiesta

La Maya es la fiesta más corta que se celebra en Valdeobispo, pues sólo dura un día. Sin embargo cuenta con una larga tradición y popularidad entre los vecinos del pueblo. Por la mañana, alrededor del mediodía, se reúnen las mujeres -las vecinas, las amigas- y van al campo a recoger las flores, siendo éste el preludio de la celebración. La festividad se palpa en el ambiente gracias a los cantos que entonan las mujeres.

A primera hora de la tarde se vuelven a reunir el grupo en casa de una de las mujeres, siendo el portal de Tía Isidora uno de los lugares más concurridos y en el que tuvimos el honor de participar. Entre bromas, comentarios y algún que otro chismorreo se comienzan a hacer los collares, las pulseras y los pendientes utilizando hilo, aguja y un toque de habilidad.

Mientras que se están haciendo los adornos, las más veteranas del lugar se disponen a vestir la muñeca -la Maya- utilizando ropa de niños pequeños así como otros elementos. El cuerpo de la muñeca es un botijo de barro, los brazos se hacen con un palo y la cabeza está formada por una bola de trapos.

El hecho de vestir a la muñeca se convierte en un ritual en el que se pone todo el esmero y delicadeza posible, cuidando cada detalle de tal modo que el resultado final es una verdadera obra de arte.
Una vez hecho el cuerpo de la muñeca se dibuja la cara y se adorna con los collares y las pulseras que el resto de mujeres han ido haciendo. Finalmente se le suele poner a la muñeca un pañuelo, un sombrero o cualquier otro elemento que haga destacar la muñeca.

Cuando la muñeca está lista, se adornan también las mujeres con los mismos collares, pulseras y pendientes de flores, reservando algunos para aquellas personas que no han participado en su elaboración o que se incorporen más tarde a la fiesta.
Cada Maya sale con sus acompañantes hasta el lugar que previamente se ha acordado, normalmente en ca' Lucía la de Rojete, y cuando ya están todas comienza el recorrido por el pueblo cantando y bailando al compás del tamboril de tía Isidora, almireces, palmas, tapaderas...
Hay que decir que las Mayas son llevadas a la cabeza por sus creadoras utilizando una rodilla, lo que requiere gran destreza. Se hace una ronda por todo el pueblo animando a la gente, que se acercan a mirar, a que se una a la fiesta y poco a poco el número de participantes va aumentando.
La comitiva se dirige hacia una charca en la que se tirarán las muñecas. Normalmente se suele hacer en la laguna cagá, pero los años en los que no tiene agua se sustituyen por otra. Durante el camino, los niños van cogiendo piedras para asegurar sus lanzamientos.

La Maya se tira al agua entre gritos y emoción siendo este el punto álgido de la fiesta y a continuación, niños y grandes intentan romper los cántaros arrojando piedras hasta que consiguen dar en el blanco y hundirlas. Hay que decir que se suele desvestir a la muñeca y guardarla para el año siguiente. Cuando logran romper las Mayas se producen aplausos y griterío y la persona que lo consigue recibe la ovación del público.
Hundidas todas la muñecas, la comitiva vuelve al pueblo, ya de forma más serena, y con la satisfacción de haber recibido la nueva estación tal y como se merece.

En los últimos años se suele organizar un pequeño banquete organizado por la Asociación de Amas de Casa donde cada una aporta algo para compartir.
Es una fiesta muy popular, que no necesita gran organización y que está cargada de alegría, simbología, emotividad y cooperación entre los valdeobispeños. 

Fechas

3 de mayo.