Para ser de Valdeobispo, para sentir Valdeobispo no es necesario haber nacido en él, ni tener abolengo de terceras generaciones, sino vivir, amar, participar socialmente en la vida del mismo, y defender a este pueblo como si fuera parte de la familia mas íntima de la persona. No hay mayor honor en política que ser concejal/a o representante de tu pueblo, y hacerlo con decencia, sacrificio, honradez y dignidad.
Por encima de siglas, de ideologías, de creencias o de identidades, debemos poner siempre por delante de todo esto, el interés general de nuestro querido Valdeobispo y de nuestros vecinos y vecinas.
La administración local debe ser sostenible, debe existir un equilibrio entre el gasto público, el mantenimiento y mejora de las infraestructuras y los servicios municipales, y el retorno económico de las inversiones realizadas por el Ayuntamiento, con el fin de dar cumplimiento y respuesta a los nuevos tiempos y mejores prácticas de gobernanza que la ciudadanía nos reclama.
Nuestra educación, nuestra sanidad, nuestras instalaciones deportivas, nuestros viales, zonas verdes y el conjunto de aquellos servicios básicos para la mejora de la calidad de vida de nuestros vecinos y vecinas, deben ser prioritarios.
Las personas deben seguir siendo el objetivo principal, y la defensa de su libertad ideológica, su identidad sexual, sus creencias religiosas o cualquier posicionamiento que respete las libertades individuales y colectivas, deben ser una seña de identidad en la acción del gobierno.
Nuestro medioambiente, la limpieza y el mantenimiento de nuestro municipio, la defensa de los valores ecologistas y animalistas, son compromisos fácilmente asumibles por el conjunto de la sociedad esparraguera.
Valdeobispo debe ser y convertirse en auténtico referente dentro de nuestra comarca y de nuestra región. Un Valdeobispo moderno, sostenible, solidario, inclusivo y accesible para todas y todos.